La posada - Esperando una visita especial

Se abrieron las puertas y Vileo vigilo a los que entraron, pero eran dos borrachos conocidos que sin duda buscaban su racion de alcohol nocturna...

Pasaron los minutos y finalmente entro un nuevo personaje, y era un desconocido para Vileo, cosa extraña pues conocia a practicamente todo quien entraba en su posada...

Era un humano de unos cuarenta años, vestido con ropas negras y una capa de viaje tambien negra, llevaba mochila por lo que probablemente acababa de llegar a la ciudad y lo mas notorio de aquel hombre era su negra capucha que facilmente ocultaba su rostro de la mirada de los presentes, incluido Vileo...

Estudio el lugar y luego se sento en el mas oscuro rincon de la taberna, luego saco una pipa y momentos despues la fumaba despreocupado, para luego, con un gesto con la mano llamar a Vileo, quien cuando se acerco escucho en un grave susurro.

La joven sirvienta asintio y poco despues Vash tenia la exhuberante pinta frente a si y la sirvienta esperaba sonriente a las dos monedas que costaba dicha pinta...

Vileo, mientras atendia a su recien llegado, detecto al nuevo recien llegado, y se sorprendio al descubrir que tampoco le conocia, dos en un dia... estaban las gentes del imperio emigrando hacia el Ducado? talves porque era el aniversario del duque...

La pinta estaba realmente fría y realmente ese hombre tenía mucha sed por lo que se la terminó de un trago para después picar con el vaso en la barra y mirar sonriente a la camarera para decirle:

- Preciosaaaaa ponme otra igual de fría por favor! - dijo con las mejillas algo rojizas por los efectos del acohol

Vash era un gran bebedor, es decir, tenía bastante aguante con el alcohol pero esa noche no pretendía aparentar serlo o almenos eso parecía. Esperando por su bebida, volteó rápidamente la cabeza para observar quien había en la taberna esa noche, buscando alguien que le pagara las copas o alguna bella dama para hablar con ella...

Habia poca gente en la taberna, pudo observar Vash mientras la camarera salia en busca de la nueva pinta pensando sobre el nuevo borracho que se sumaria a las listas de frecuentes en la posada,

La taberna parecia casi desierta, observo Vash, un enigmatico hombre sentado atraviado con una negra capucha y una pipa colgada a la boca, quien susurraba algunas palabras a un Drow que le atendia.
Luego las dos camareras, de las cuales una se retiro a la parte de atras en cierto momento, un par de borrachos en un ricon, ambos en silencio y sin hacer mas que mirarse y beber sin animos para nada. Un joven humano con un laud sentado en las escaleras, afinando su instrumento. Por ultimo un cuarteto bastante peculiar, un humano que parecia un niño casi, un elfo de severo rostro, un saurio silencioso y un orco que bebia lo mismo que los otros tres juntos.

- Dos monedas - dijo la camarera mientras colocaba la pinta frente a Vash y retiraba la otra.

El hombre giró la cabeza rápidamente al oír a la camarera pedirle las dos monedas de la cerveza y poniendo una de sus caras de completo seductor, observó que la sirvienta tenía la mano dispuesta para recibir las monedas y éste al ver que la dama no quería invitarle pese a su rostro angelical, rebuscó en la mochila para buscar las monedas. La situación era algo cómica pues el hombre iba sacándo ropa y más ropa de esa mochila tirándola en cualquier lado hasta que encontró su bolsa de monedas aunque haciéndose el despistado la ocultó agarrando un par de monedas sin que la mujer la viera y volteando la cabeza de nuevo hacia ella le dijo:

- Ohhhh hermosura divina, el mismisimo dios moldeó tu cuerpo dejando esta preciosa figura para que el resto de seres vivos pudiesemos contemplar tu belleza. - mirándola fijamente para luego levantar la cabeza mirando el techo y decir - Graaacias dios!!! - luego hizo ver que veía la mano de la camarera que aunque se había puesto algo sonrojada por las palabras quería cobrar igual y agarrándole la mano con la suya con suavidad y ternura para decir en tono drámatico - ¿No es muy pronto para entregarme tu mano? apenas nos conocemos - para avalanzarse hacia ella y sonriente sacarle de la oreja dos monedas que llevaba en la mano que tenía libre y finalizar - Aquí tienes...

Después de charlar con la sirvienta, aunque más que charlar había sido un monólogo y pagarle las copas se terminó la segunda con bastante rapidez y se levantó para dar una vuelta por el misterioso sitio. Avanzó poco a poco con las mejillas ya sonrojadas hasta el grupo de la mesa y saliendo de entre el humano y el elfo y agarrándoles por los hombros como si de toda la vida se conocieran dijo:
- ¿Que tal muchachos como estais? - luego miró al humano y le dijo en broma - Tú no eres muy joven para beber? - aunque no era así hacia ver que iba algo afectado por el alcohol

El orco fue el primero en reaccionar sacando su machete cubierto con seca sangre y mostrandose amenazante mientras sus maxilares se tensaban y producia éste un ruido que casi era un gruñido...

El elfo se levanto actuando indignado y poso su mano sobre el fino sable que tenia a un lado de su delgada cintura, aunque no desenfundo aun, pues no habia sido "realmente ofendido"...

El humano con facciones de niño, que tenia en efecto quince años, mas tranquilo que los otros, pues estaba acostumbrado a tales referencias sobre su juventud se mantuvo sentado y solo dirigio su rostro hacia Vash preguntando en calmo tono.


- ¿Algun problema sucia cucaracha? - dijo, mientras el cañon de su pistola apuntaba al pecho de Vash que se encontraba a pocos centimetros del arma.

Los cuatro personajes volvieron a sentarse a regadientes, aunque obedientes, y no prestaron atencion a la posible reaccion del borracho, era desicion de éste si seguir la farra y terminar durmiendo en el gran lago o volver a su mesa y dejar de molestar a los personajes.




El hombre de la capucha pago sus dos monedas y pudo notar Vileo que no eran del ducado, pero acuñadas en la misma capital, y en el mismo susuro anterior el hombre pregunto a Vileo, sin aun haber tocado su bebida.


- Busco al posadero... un tal Vileo, tambien drow... - El hombre sospechaba que aquel fuese el posadero, pero prefirio no arriesgar y preguntarle.

El hombre asintio para si, y luego de unos momentos donde dio un par de caladas a su pipa, dejando escapar grandes bocanadas de humo, dijo, sin aun haber tocado su alcohol.


- Deseo tratar negocios con vos... pero en algun lugar mas.... privado - Dijo el hombre inmutable, y aun sin mirar directamente a Vileo, para volver a jugar con su pipa mientras esperaba respuesta.

Vileo seguía mirando con recelos a sus compañeros, no quería que volvieran a armarla, pero debía atender a su cliente... este fumaba tranquilamente de su pipa, esperando el momento para hablar. Dejó su pipa en la mesa y le propuso a Vileo dirigirse hacia un lugar más privado, de modo que este le respondió manteniendo su cortesía. -Un lugar privado... si te parece bien podemos ir a los dormitorios, allí nadie nos molestará.- Dijo y se preparó para acompañarlo hasta la primera planta para luego tomar sitio en la primera habitación libre.


Movimiento: Voy hacia Aqui.

Vash vió como le apuntaba el humano con la pistola quitó las manos y levantándolas en son de paz y con una amable sonrisa en el rostro. Vió como el que parecía el posadero quería evitar enfrentamientos y intentaba mediar entre ellos a lo que los 4 obedecieron y se sentaron y Vash alejándose dijo:
- Tranquilo hermano tranquilo, sólo venía a invitarles a una ronda...pero ya da igual ya me voy... - dijo dando media vuelta y volviendo a la barra

Se quedó unos instantes ahí escuchando con poco éxito la conversación entre el tabernero y el hombre con la capucha. Pero no iba con él escuchar ni era su fuerte por lo que pidió otra cerveza a la moza y empezó a hablar con ella.

La muchacha al principio era recelosa a entablar una conversación con un desconocido y borracho pero fue viendo que ese tipo era amable y sin maldad por lo que al cabo de un rato en el que sólo hablaba él empezó a responder a su monologo. Los temas eran muy variopintos pasaba desde aventuras que había vivido, está claro q no contaría ninguna de las desgracias como mentiras para ligarsela hasta que se pusó serio y con un par de lágrimas en los ojos dijo:

- Sabes... hace un par de años que perdí a mi prometida por culpa de unos piratas... - Vash hablaba en un tono melodrámatico con gran arte de actor aunque cuando la chica estaba intrigada y empezaba a creerselo la bondad de su corazón hizó decirle - Naaaaaaah era una broma - para cambiar su gesto triste a uno afable - Tienes algun sitio donde pueda quedarme a dormir que no sea el frío y duro suelo de la calle?

- Claro, - dijo la sirvienta a Vash, acercandose a una pequeña mesada donde un grueso libro abierto mostraba varias lineas y firmas de clientes anteriores,
- Por cinco monedas puede pasar la noche en una de las habitaciones de arriva, mas sustituira frio y dureza por un lecho limpio y calido... - dijo persuaciva la joven, que no podia tener aun dies y ocho años.


En el otro extremo de la taberna mientras, el hombre acepto sin pronunciar palabra la decision del posadero y como unico gesto guardo su pipa y se levanto, aun sin tocar su pinta y sin intención de hacerlo, su intencion era clara, seguir a Vileo a la habitacion que le llevase.

Vash sonrió al ver que la chica no captaba la indirecta que él estaba mandándole y con un gesto afable en el rostro asintio aceptando el trato que le había propuesto.

- Tome las 5 monedas y pongame otra cerveza que tanto viaje me ha hecho coger sed!!! Ya me enseñarás la habitación más tarde - luego se giró dando la espalda a la chica mientras esperaba que le trajera la bebida mirando de nuevo toda la sala

Con una sonrisa inocente iba observando todo lo que sucedía en la taberna, el grupito callado mientras bebían, un par de humanos a un lado callados y el joven del laúd.

Se quedó pensativo unos instantes con un posado algo filosófico y se giró de nuevo para mirar a la joven que era lo más divertido que sucedía en ese aburrido sitio y siguió hablando con ella pero en un tono más bajo para que el resto de la gente no entendiera que le decía:- Este lugar es siempre tan aburrido? Porque si es así no creo que me quede mucho tiempo por Uru... y sería una pena teniendo unas mujeres tan hermosas como vos...

La joven se sonrojo y se apuro a defender a su pequeño ducado.
- No, es que hoy es el aniversario del anciano duque, y por ello casi todo el pueblo esta alli... los invitados son cientos y los empleados para la fiesta no son menos... - dijo la muchacha sirviendo la tercera pinta y firmando la ocupación de una de las habitaciones.

La puerta de la posada se abrió entonces de golpe, y 5 figuras entraron entonces en el lugar, todas ataviadas con capas largas que ocultaban sus ropajes, aunque bajo éstas se adivinaban los bultos propios de las armaduras de los Guardias. El primero de ellos, un hombre alto, delgado, de pelo marrón corto y ojos verdes se fué hacia una de las mesas que estaban junto al grupo más numeroso, largando miradas inquisitivas a los pocos presentes. Tras sentarse los cinco soldados en la mesa, el sargento Felix llamó a una de las camareras y le dijo:

-Tráiganos una cerveza a cada uno, señorita... Al parecer el aniversario del Duque está haciendo estragos en vuestra clientela, eh? -preguntó, aunque sin verdadero interés, pues aquello no era más que una inspección rutinaria.

Asi hizo la camarera, y volvio con una bandeja cubierta de pintas rebosantes recien servidas por el tabernero, a las que la camarera deposito una frente a cada soldado, diciendo mientras esperaba las dies monedas.

- En efecto, pero la posada recibe mucha clientela noche a noche, un día tranquilo no perjudicara a nadie...

Los guardias cogieron sus respectivas pintas, desembolsandole a la camarera 10 relucientes monedas. Mientras los soldados se acomodaban en sus asientos y comenzaban a charlar sobre temas militares o anécdotas del patrullaje de aquella noche, Félix bebió un largo trago de su cerveza y luego le dijo a la camarera con aire inquisitivo:

-Así que una noche tranquila... Bueno, la verdad lo parece. -concluyó mirando a su alrededor. Dos borrachos, un curioso grupo que frecuentaba la posada y... un forastero? No recordaba haber visto a aquel hombre, pensó el sargento, tras lo que le preguntó a la camarera señalando al rubio- Quién es ese hombre? No recuerdo haberle visto por aquí, sin duda no está entre vuestros clientes habituales.

- En efecto - repitio la posadera - parece que es su primera vez en el ducado... ha bebido bastante y casi lo despachan los... cuidadores, pero se retiro sin pelear... ahora solo molesta a mi compañera, pero esta tranquilo,.. - dijo la camarera, haciendo ademan de irse, pero con lentitud, en caso de que el sargento quisiese preguntar alguna otra cosa.

El sargento bebió otro trago de su pinta, esta vez mucho más breve, mientras escuchaba la respuesta de la camarera. En efecto, el hombre era nuevo, y además tenía debilidad por la bebida. Aunque al parecer era pacífico, concluía Félix tras haber analizado al nuevo sujeto.

-Y el posadero, ese Drow que siempre está tras la barra y a quien se dice le llega siempre privilegiada información? Acaso esta de "negocios"? -preguntó el sargento, que a pesar de su juventud era avispado como nadie y conocía los tejes y manejes que se urdían en aquella posada.